El cuarteto de Michigan hacen ese sonido ya casi atemporal que se asocia al midwest emo y pop rock, es de tempo acelerado con algunos pasajes más calmos y nunca se pueden olvidar de los adornos con trompetas para darle ese sello vintage. Están haciendo música como si fueran a ser parte de la banda sonora de una película que tiene a Michael Cera de protagonista en 2010.
Es el tipo de música que necesita tener presentaciones en vivo para existir, sigue habitando un espacio que no ha evolucionado dentro del ecosistema digital de la industria y en plena pandemia, el efecto en el público que los ha encontrado es notorio.
Charmer no son la banda que comienzas a escuchar si no tienes algún tipo de apego por el sonido que hacen, por esas agrupaciones que dejaron su sello dentro del género y de las que es posible sentir vestigios en las nuevas generaciones. Si no te gusta The Get Up Kids, Jimmy Eat World o Sunny Day Real Estate, no los recomiendo.
Sin embargo, para la gente que ya bordea los 30 años y siguen disfrutando de salir a patinar incluso con el dolor de rodillas que ello atrae, son una brisa refrescante para cuando los grupos de la juventud tienen a sonar un poco anticuados.
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