Llevo unos meses consumiendo medicamento para tratar mi ansiedad y durante este tiempo, he sido testigo de cómo mi cerebro se ha vuelto más tranquilo y menos reactivo a las situaciones estresantes. Sin embargo, siempre me ha interesado saber más sobre los mecanismos biológicos detrás de esta condición y cómo es que los medicamentos logran tener un efecto en el cerebro.
Recientemente, me encontré con un artículo en Quanta Magazine que abordaba precisamente esto: cómo nuestro cerebro codifica las memorias como buenas o malas y cómo esto puede afectar a nuestra salud mental.
Según un estudio del Instituto Salk para Estudios Biológicos en California, una pequeña molécula de péptido llamada neurotensina juega un papel fundamental en determinar si las memorias son codificadas como positivas o negativas.
En resumen, cuando nuestro cerebro experimenta una situación, las neuronas liberan una cantidad específica de neurotensina, la cual ayuda a enviar la información entrante por diferentes vías neuronales para ser codificadas como memorias buenas o malas. Si una persona tiene niveles elevados de neurotensina, es más propensa a tener memorias negativas, lo cual puede contribuir a trastornos mentales como la ansiedad y la depresión.
Esta investigación es realmente interesante porque nos brinda una visión molecular de cómo el cerebro procesa las emociones y cómo estas emociones pueden ser registradas como memorias. A su vez, esto también puede ofrecer oportunidades para investigar los fundamentos biológicos de trastornos neuropsiquiátricos como la ansiedad y la adicción y cómo a través de tratamientos farmacológicos se puede regular los niveles de neurotensina y así poder modificar la formación de memoria negativas.
Aunque esta investigación es nueva y aún hay mucho por descubrir, es emocionante ver cómo los avances en la ciencia están ayudando a desentrañar los misterios de nuestra mente. Me pregunto qué otras sorpresas nos deparará el futuro en cuanto a entender y tratar trastornos mentales.
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